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Mostrando entradas de enero, 2013

Hora de Ejecutar

Una de las costumbres más frecuentes entre quienes se entusiasman con la planificación es nunca terminar con ella. Se la realiza una y otra vez perfeccionándola de manera continua. Hay un punto en que esta actividad se come nuestro tiempo productivo aún cuándo ya sea la hora de ejecutar. “Los planes son sólo buenas intenciones a menos que degeneren en trabajo duro ”                                                                                   Peter Druker Los procesos de planificación no son actividades que insuman poco tiempo. Sentarse a pensar por qué se va a hacer algo, cómo se lo hará y qué pasos se darán para alcanzar nuestros objetivos requiere una dedicación que en muchos casos puede resultar considerable. Como mencionáramos en ¿Cuánta Planificación Necesitamos? ésta inversión de tiempo tiene que tener una justificación en relación con los beneficios que obtendremos. La regla general sería tratar de hacer el plan más sencillo posible en cada cas

Cuando los dos minutos juegan en contra

La regla de los "2 minutos" es un excelente hábito productivo sin lugar a dudas. Pero existen circunstancias en que seguirla a rajatabla complica el avance en las actividades más importantes. Especialmente en aquellas que requieren mayor tiempo y concentración. Tengo que reconocer que la aplicación de la regla de los dos minutos ha provocado una enorme transformación en mi productividad. Me ha quitado de encima una larga lista de actividades que ocupaban mi cabeza cuando eran dejadas como pendientes y que con un poco de tiempo dedicado a ejecutarlas liberan mi mente de preocupaciones y me permiten mantener una mayor capacidad de hacer en el día a día. Antes de leer Getting Things Done de David Allen , tenía incorporada intuitivamente la noción de que si algo podía ser resuelto rápidamente era mejor liquidarlo cuanto antes así no seguía ocupando mi mente en su realización. No obstante, el uso exagerado de esta regla puede derivar en una pérdida de nuestra capa

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