¿Cuánto te cuesta no hacer una planificación? Más que el costo en tiempo
y dinero invertidos en planificar, interesa saber el costo de no hacerlo. Tal
vez te lleves una sorpresa…
Cuando ves a la
gente despreciar los planes hasta el punto de considerarlos completamente
inútiles, ¿no te preguntas si alguna vez se tomaron el trabajo de evaluar los
costos de no hacerlos?
La respuesta en
general es no. Es comprensible. Los costos en tiempo y dinero que se deben
invertir para planificar son rápidamente mensurables, mientras que los de no
hacer planificación alguna suelen estar ocultos. No pueden evaluarse de manera
sencilla.
Primer Costo (trivial): No alcanzar el objetivo
Como habrás visto en todo lo que he escrito sobre planificación, ésta es esencial para alcanzar tus objetivos, aún cuando tu previsión del futuro pueda ser deficiente. Y entonces, el primer costo que puedes figurarte es el de no alcanzar una meta. Por supuesto, siempre es una primera evaluación objetiva, y depende de la experiencia de cada uno el decidir si la dificultad del objetivo justifica o no la inversión en un plan.
Segundo Costo: Tiempo
Desperdiciado
Pero, ¿qué
ocurre si el objetivo te parece sencillo y alcanzable, la realidad te demuestra
que lo es, y sin embargo su complejidad para completarlo no es despreciable?
Pues simple.
Perderás tiempo. Y notarás su pérdida cuando estés inmerso en la tarea. Cuando
te des cuenta que si te hubieras sentado unos minutos siquiera a preparar tus
acciones habrías podido hacer lo mismo pero en menos tiempo. Y para peor,
podrías haber alcanzado tu objetivo de mejor manera.
Te pongo un
ejemplo que me pasó recientemente. Fuimos recientemente a DisneyWorld con mi
familia. Personalmente me preocupé de todos los aspectos logísticos del viaje y
sus costos. Todo bien. No consideré la logística dentro de los parques. Y se me
complicó.
Por supuesto no
era algo crítico ni dramático. Pero menosprecié el tema porque era algo de lo
que no tenía una clara dimensión. Y no era un tema menor.
¿Alcancé mi
objetivo? Si, como tenía previsto. ¿Utilicé bien mi escaso tiempo en los
parques? No. Porque no había dedicado esfuerzos a planificar ese aspecto, no
aproveché al máximo un viaje que me tomó años realizar.
Tercer Costo: Dinero
desperdiciado
El otro costo
asociado a no planificar es el del dinero. Aquí la cosa se pone más tangible.
Es cierto que sabes perfectamente que “el tiempo es dinero”. Todos lo sabemos.
Pero ese lugar común hace que uno a veces no considere detalles que incluso
van más allá de la pérdida de tiempo productivo, al que precisamente solemos
referirnos con esa frase.
En el caso de
mi paso por Disney, la no planificación de algunos aspectos
relacionados con la logística dentro de los parques me llevaron a gastar más
dinero del necesario. Dinero que por supuesto cuesta esfuerzo ganar. Por
ejemplo, un sencillo detalle como el manejo de los planes de comidas y una
comparación con los precios y hábitos alimentarios de su cultura y de la mía me
podrían haber llevado a considerar no adquirir ese plan, que ofrecía comida en
exceso. Podría haber ahorrado buen dinero si hubiera sencillamente comprado la
comida sobre la marcha.
Todos estos
detalles los observaba mientras me preguntaba porque no había dedicado algo de
tiempo a planificar mejor esos detalles. Y la respuesta es sencilla. Porque los
consideré demasiado elementales y que no justificaban el tiempo que tenía que
invertir para pensar en ellos.
En Resumen
No planificar
no sólo representa la complicación de no alcanzar tus objetivos. Representa
también abrir las puertas a:
- Perder tu tiempo
- Perder tu dinero (por tiempo productivo)
- Perder tu dinero contante y sonante por mal usar tus recursos.
Así que la
próxima vez que estés a punto de no planificar algo porque lo consideras
innecesario, te sugiero… “que lo pienses dos veces”.
Enlaces Relacionados
Comentarios
Publicar un comentario