Si piensas que la mejor manera de encarar tu trabajo es optimizando constantemente tu organización, te recomiendo que leas estas líneas. Con mucha frecuencia se encuentra gente tratando de optimizarlo todo. Desde el camino que siguen para obtener el viaje de menor recorrido, pasando por la mejor relación costo/beneficio de cada cosa que necesiten comprar, hasta la forma de ordenar las repisas de appliances para no tener que mover mucho la mano cuando tienen que encender alguno. Revisan lo que tienen entre manos una y otra vez buscando obtener la más mínima ventaja. Esto puede llevar a algunas exageraciones. Por un lado, el tiempo adicional invertido tiene un costo, que frecuentemente no es considerado. La optimización debe tener como contrapartida un beneficio “relevante” para justificarla. Aquí entra a tallar la ley de rendimientos decrecientes que se estudia en economía. Llegado un determinado punto, a medida que se incrementa la cantidad del recurso invertido (en este
Organización y Productividad Personal