No se puede hacer todo en la vida. En determinadas circunstancias priorizar es la única opción. Cuando aprendemos a tomar las decisiones clave, nuestra capacidad de hacer de manera eficaz alcanza nuevas alturas. Tratar de manejar nuestras actividades sin asignar prioridades, queriéndolo hacer todo, es una gran receta para el fracaso. Todas las cosas no tienen la misma importancia, y la consecuencia más clara de no priorizar adecuadamente se refleja en un pobre rendimiento general y una incapacidad para tomar decisiones que limita nuestra habilidad de hacer. La toma de decisión es un proceso complejo que pone en juego nuestra valoración de las cosas. Siempre elegimos entre diferentes alternativas. A veces es fácil pero muchas veces no lo es. Asumir que todo tiene la misma importancia es como decir que todo nos da igual, y esto sencillamente no es cierto. No lo fue nunca y nunca lo será. El pedido de un cliente que nos da de comer a diario no puede tener la misma import...
Organización y Productividad Personal