¿Alguna vez te has preguntado por qué tomas ciertas decisiones basándote exclusivamente en lo que tienes a mano en vez de investigar un poco más para ver si hay mejores alternativas? Puede que estés influenciado por el “sesgo de disponibilidad”.
El sesgo de disponibilidad es un proceso
cognitivo que nos hace inclinarnos a utilizar la información más fácilmente
accesible, en lugar de explorar siquiera un poco más allá y considerar otras
opciones que también pueden estar disponibles. Por supuesto, esto tiene serias
implicaciones en nuestras decisiones diarias y puede afectar seriamente nuestra
efectividad.
Se trata de un fenómeno
psicológico muy estudiado y que inicialmente se define como el proceso de “juzgar
la frecuencia por la facilidad con que los ejemplos vienen a la mente”.
[1]
Es un resultado de lo que Daniel Khaneman llama la operación del Sistema 1,
que es en esencia la parte de nuestro cerebro que nos ofrece las respuestas
rápidas e instintivas.
¿Cuál es su impacto en la vida diaria?
Este sesgo puede manifestarse en
diferentes áreas de la vida, incluyendo la toma de decisiones personales, la
elección de distintos cursos de acción, o la compra de productos o servicios,
así como la formación de opiniones sobre temas diversos entre los que podemos
incluir los políticos y sociales.
Por ejemplo, el sesgo de
disponibilidad puede hacer que una persona elija un producto o servicio
determinado simplemente porque lo ha visto anunciado en varias ocasiones,
aunque no haya investigado la calidad o características de otros productos o
servicios similares. De ahí la relevancia y poder que tienen las marcas en la
gestión de marketing. La marca, a través de sus múltiples componentes que le
dan identidad, produce una asociación fuerte y toda la temática de
posicionamiento apunta a que ante la necesidad que satisface un producto o
servicio la primera opción disponible sea la de aquella marca a cuya publicidad
se estuvo expuesto.
El sesgo de disponibilidad
también puede afectar nuestra capacidad para estimar el riesgo o la
probabilidad de un evento. Por ejemplo, si alguien ve varias noticias sobre delitos
en una determinada área, puede suponer que el riesgo de ser atacado en esa zona
es más alto de lo que en realidad es.
¿Y cómo lo evitamos?
Entonces, ¿cómo podemos estar
atentos para no caer en el sesgo de disponibilidad en nuestras decisiones cotidianas?
Una forma es buscar información
de múltiples fuentes, especialmente de fuentes objetivas y confiables, como
siempre se recomienda en cuestiones que involucran manejo de información.
También es importante buscar activamente datos adicionales y preguntarse regularmente
si nuestra opinión o decisión está siendo basada en información que pudiera
estar limitada o sesgada, para luego trabajar en formas de ampliar y equilibrar
la situación.
En resumen
El sesgo de disponibilidad es un
fenómeno cognitivo común que nos puede llevar a tomar cierta decisión porque
simplemente la información en la que está basada nos resulta fácilmente
accesible, y que tal vez podría ser otra si te tomaras el trabajo de buscar
información más amplia y detallada. Si quieres evitar caer en esta trampa
mental, es importante que busques información variada de múltiples fuentes (idealmente
independientes) y no depender demasiado de aquello que viene a tu mente de
manera inmediata. De esta manera podrás tomar mejores decisiones y serás más
mucho más efectivo y eficiente.
Enlaces Relacionados
[1] Daniel Khaneman, Pensar rápido, pensar despacio, Penguin Random House Grupo Editorial S.A, Buenos Aires, 2016, pp.174
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