Las “Redes Sociales” representan como todos sabemos un medio de
comunicación en pleno auge. No obstante, su uso (y abuso) debe ser considerado
cuidadosamente en la medida que pueden tener un impacto significativo en nuestra
productividad.
¿Con
cuánta gente puede interactuar uno sin afectar negativamente su productividad? ¿Cuántas
interrupciones son manejables hasta lograr descarrilarnos completamente de
nuestros objetivos? La verdad es que no puedo precisar un número, pero
seguramente no es infinito. Y lo que tienen las redes sociales que conocemos es
precisamente una apertura hacia una cantidad enorme de personas, actividades, interacciones
e interrupciones por lejos muy superior a lo que cualquier empresa podría
generar con las tradicionales herramientas como el teléfono, el celular o el
email.
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Que me
perdonen los fanáticos de las redes sociales, pero hablando claro son una
distracción enorme. Una cosa es mantener una comunicación estrecha con un grupo
de gente, y otra es estar abierto permanentemente a la interacción con personas
que tienen objetivos e intereses diversos, que eventualmente pueden (o no)
coincidir con los míos. Por lo menos no soy partidario de usar estos servicios
en las horas de trabajo y si se los usa, al menos debe hacerse de manera muy
prudente.
¿Quiero
decir con esto que no es bueno entrar en las redes sociales? De ninguna manera.
Son plataformas excelentes para mantenerse en contacto, y para sostener vínculos
con aquellos que se encuentran distantes así como para generar determinadas
dinámicas de grupo. Desde el punto de vista de la inserción social son una
herramienta excelente.
Todo lo
que digo es que su uso durante el tiempo “productivo” tiene que estar acotado.
Debe existir, a mi modo de ver, una cierta disciplina autoimpuesta, para evitar
perderse en banalidades encadenadas una tras otra que absorben tiempo como una
aspiradora. Estos sistemas están pensados y diseñados para mantenernos la mayor
cantidad posible de tiempo dentro de sus páginas. Con un objetivo claro.
Incrementar sus ingresos. Y para nosotros, el objetivo cuando producimos es
generar nuestros propios ingresos.
Un
ejemplo sencillo son las notificaciones de las redes sociales en los
smartphones. El tener una alarma de mensaje (incluso la simple indicación de
pantalla) de facebook o twitter es como un imán para entrar al teléfono, y la
probabilidad de que sea algo sin la menor importancia para nosotros es
“altísima”. Uno entra al teléfono (previo desbloqueo), accede a la aplicación, busca el mensaje y se
encuentra que es por ejemplo un comentario que hizo alguien sobre un tema en el
que uno apenas participó, pero que de ahora en más notifica cada vez que
alguien agrega algo. Ya sea que me interese o no.
Entiendo,
hoy día al menos, que la mejor manera de usar estas herramientas es encontrar
un rato durante la jornada en el que uno se proponga ingresar a la red en
cuestión y ver “que hay de nuevo”. Tomárselo como un mecanismo de distracción,
como podría ser leer una revista o mirar un programa de televisión. Si se lo
intercala durante las horas laborales, se requiere la disciplina para que sean
no más de “x” minutos, así sean cinco o diez, tomados como un descanso. Ya hay
bastante distracción con el correo electrónico mal usado por ejemplo con las
cadenas, las respuestas generales indiscriminadas y el abuso del copiado.
Agreguémosle el SMS, y la casilla de voz del teléfono fijo y el móvil, y
tenemos más que suficiente para que cualquiera que necesite contactarnos lo
pueda hacer.
La
clave es mantener el control. La red tiene que estar a mi servicio y no al
revés. El acceso tiene que ser tan cuidadoso como las llamadas personales o el
cuchicheo en horario laboral. Eliminarlo del todo es imposible, pero debe ser
hecho con la suficiente prudencia como para no afectar nuestro trabajo.
Si
dejamos libradas nuestras comunicaciones a la caótica dinámica de estos servicios
nos veremos arrastrados a participar en interminables conversaciones,
equivalentes a las charlas de pasillo en la empresa, pero que se multiplican
exponencialmente.
- Bibliografía Recomendada
- ¿Cuál es la mejor herramienta de comunicación?
- Las notificaciones en el Blackberry
- ¿Cómo decir que NO?
- Hay un tiempo para todo
- Pensar antes de actuar
- Flexibilidad es el nombre del juego
Creo que las Redes Sociales son realmente una herramienta muy útil y de futuro, lo que se tiene que procurar es que su uso sea de un modo coherente, y que haya uso, y no abuso. Además es muy importante que nos podamos dar un respiro de vez en cuando pues se ha demostrado que ese descanso aumenta nuestra productividad. Os dejo un link que creo puede resultar muy interesante. http://workmeter-es.blogspot.com.es/2012/05/el-tiempo-en-la-redes-sociales-perdido.html
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