Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2012

Hay un tiempo para todo

Existe un tiempo para cada cosa. No respetar sus límites es una invitación constante al conflicto y a la pérdida de control... “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo […]” Eclesiastés 3 El manejo de los contextos es una forma de cristalizar espacios de tiempo con un cierto alcance, que si bien pueden ser adaptados por necesidades puntuales, deben ser respetados para lograr así poner nuestra mente en el lugar y tiempo adecuados. Identificar y actuar en el momento oportuno para cada cosa no es imposible pero sí difícil de sostener en el ajetreado mundo que vivimos. Todos nuestros compromisos, los externos y los propios, tironean constantemente de nosotros como si fuéramos ilimitadamente flexibles. Pero lo real es que no somos ni seremos nunca tan elásticos. Podemos parecerlo, pero no podemos hacer que el día tenga más de sus 24 horas, a menos que seamos capaces de jugar con el continuo espacio-tiempo, algo difícil de log

Cómo decir que NO

Dentro del manejo de interrupciones, el saber cómo decir que “no” es tan importante como el cuándo. Las consecuencias de no saber tratar adecuadamente las interrupciones son lo suficientemente nocivas como para ser incluidas dentro del herramental de la persona bien organizada. “Señor, haz que mis palabras sean dulces y suaves. Por si tengo que tragármelas…”     Las interrupciones son inevitables, sin duda. Es muy cierto que frecuentemente arruinan nuestros planes, pero es muy difícil evitarlas, especialmente en un mundo moderno tan interconectado. La gestión de las interrupciones suele enfocarse en decidir cuándo decir que no. Esto por lo general se basa en el criterio de que uno tiene sus propias prioridades y debe atenderlas primero. Y si uno tiene planeado hacer algo en determinado momento es justo que los demás se lo respeten. Pero esto no siempre es así. Algunas de las interrupciones son importantes y merecen la atención que se nos reclama. No dársela

¿Cómo saber si se tiene el control?

Cuando logramos tener bajo control nuestras actividades, tanto las obligaciones como nuestros más caros proyectos personales, se produce una sensible reducción en nuestros niveles de stress y un incremento de nuestra capacidad creativa. ¿Cómo podemos saber si hemos llegado a una situación adecuada o si tenemos que seguir mejorando nuestro sistema de organización aún más? Saber que tengo mis cosas bajo control es una de esas sensaciones tranquilizadoras que me permite dedicarme a aquellos asuntos que más me gustan. Llevando el tema un poco más allá, cuando tengo que hacer frente a mis obligaciones, si se trata de tareas delicadas que requieren mucha atención, el saber que no tengo algún tema explotando por ahí me permite sostener el enfoque en lo que hago. David Allen trata sobre este tema en “Getting Things Done” desde la óptica de lograr un estado tal que al confiar plenamente en nuestro sistema de organización nos liberamos del stress que nos provoca tener nuestros

Introducción

Indice de Contenidos > Introducción Introducción Empecemos por lo Básico ¿Por que Organizarse? La Recarga Administrativa Sacarse las Cosas de la Cabeza ¿Qué quiero de mi sistema de organización? Los Ingredientes de la Organización Personal El valor intangible de una buena organización La Mejora Contínua Sobre el Recurso "Tiempo" El Tiempo es tu Recurso Central Si quieres ser proactivo usa bien tu tiempo Bibliografía Recomendada

El Balance entre Vida y Trabajo

Indice de Contenidos > El Balance entre Vida y Trabajo El Balance entre Vida y Trabajo Balance - Hora de Recargar las Pilas El Balance entre Vida y Trabajo - El Arte de Administrar Contextos La primera regla para balancear entre Vida y Trabajo   Bibliografía Recomendada

La primera regla para balancear entre Vida y Trabajo

La herramienta principal para balancear entre vida y trabajo es la capacidad de lograr que los elementos de un mundo no se crucen con el otro...  O al menos reducir todo lo que se pueda dicho cruce. ¿Debemos sostener una disciplina de hierro en este sentido, o debemos olvidarnos por completo de separar nuestras vidas personal y profesional porque es una meta de imposible cumplimiento? Ubiquémonos por un momento en un escenario imaginario donde podamos claramente delimitar el alcance de nuestras tareas y en el que nos aseguremos sin ninguna posibilidad de duda que nuestra vida laboral no interfiere en nuestros asuntos personales y viceversa. En ese mundo ideal, dejaríamos automáticamente de pensar en los problemas del trabajo cuando cruzamos la puerta de la oficina hacia la calle. Asimismo nuestros problemas personales quedarían en casa cuando nos dirigimos al trabajo. Ese mundo ideal no existe, a pesar de lo cual sigue siendo un escenario deseable. Si un

¿Cuánta Planificación Necesitamos?

Central como es la planificación para nuestra organización personal, debemos determinar en cada caso hasta donde avanzar en su grado de detalle y el tiempo que invertiremos en su preparación, de manera tal que sea una verdadera ayuda en vez de una carga sin sentido. Planificar es esencial para alcanzar nuestros objetivos, y cuánto más compleja y diversa es la tarea en cuestión más patente se hace ésta realidad. Decíamos en otro artículo que planificación y organización son dos caras de una misma moneda , y tanto es así que a mayor complejidad para organizarnos más engorrosos serán nuestros planes. Hay una regla básica. Un plan debe ser lo más sencillo posible, a la vez que nos permita alcanzar nuestra meta. Y no me refiero a “minimalismo”. Me refiero a alcanzar un grado de sencillez tal que nos permita ejecutar nuestro proyecto en tiempo y forma de mejor manera que poniéndose a actuar directamente. Un proyecto de gran complejidad va a necesitar una clara delimitac

Este Blog Tiene una Licencia Creative Commons