Mucha
literatura pone énfasis en la definición de metas, pero no toda abunda en
aspectos críticos de cómo formularlas. Uno de esos es el de que las
metas sean “visualizables” para que la mente las fije más fácilmente y las
interiorice con fuerza.
La característica
fundamental de una meta es la capacidad de brindarnos dirección. Un rumbo
concreto hacia el cual apuntar nuestras acciones.
El mayor problema con el
tema de las metas se presenta con aquellas que están mal formuladas. Hacerse las
preguntas correctas; identificar cosas verdaderamente importantes; proponerse
cosas realistas. Hay varios aspectos a tener cuenta en lo referente a lo que
debe contener una meta.
Por ejemplo, podemos usar
la la tradicional y no poco conocida regla mnemotécnica “SMART”. Usando esta
regla, un objetivo debe ser:
Specific
Measurable
Achievable
Relevant
Time Based
Me atrevo a recomendar un
ejercicio adicional muy sano para la definición de objetivos. Qué estos sean
“visualizables”.
En su libro “Metas”, Brian
Tracy tiene todo un capítulo dedicado a la visualización. Y con mucha razón
afirma:
“La característica más común
de los líderes a todos los niveles a través de todos los tiempos, es “la visión”.
Cuando soy capaz de
imaginar el objetivo como si lo hubiera concretado, tengo una imagen que me
sirve de guía. Es un elemento muy poderoso que favorece la toma de decisión en
los procesos intermedios. Si fui capaz de darle forma mental a mi objetivo,
podré actuar con más rapidez y decisión ante los cambios de rumbo que me
imponga la realidad para volverlos a su cauce.
Dentro del método SMART
este punto se refiere al primer punto “Specific”. Entiendo perfectamente que
sea más genérico hablar de un objetivo específico que de uno visualizable. A
veces cuesta cierto esfuerzo “ver” el resultado. Pero para ser honesto, las más
de las veces es posible imaginar un elemento concreto y/o palpable de cuál es
el resultado que estamos buscando.
La imaginación humana es
una herramienta muy poderosa. Incluso para resolver temas relacionados con la
memorización de palabras absolutamente abstractas hay técnicas que recomiendan
el uso de la visualización. Cuánto más loca sea la imagen más sencilla será su
retención por parte de nuestro cerebro. Una retención superior dará más fuerza
al objetivo y una clara idea del objetivo a obtener.
En aras de obtener una
imagen nítida de nuestro objetivo, hay una pregunta sencilla que nos puede
simplificar la tarea.
¿Cuál sería el producto “entregable” que representaría haber
alcanzado mi meta?
Podemos estar hablando de
un documento escrito, una presentación, un archivo, un plano, un diseño, etc. Cuanto
más concreto mejor. Cualquier cosa que pueda ser visualizable y tangible ayuda
a convertir en más específica y definida cualquier meta.
No estamos hablando de un
ejercicio necesariamente sencillo. Significa tener la habilidad de dar forma
mentalmente a un futuro que puede o no ser conocido. Pero es un esfuerzo que
vale la pena. Sólo el hecho de dedicarle tiempo a ésta “creación” mental puede
generar un impulso determinante capaz de llevarnos directo a nuestro objetivo. Y
cuanto más deseable sea ese objetivo, si somos capaces de verlo en nuestra
mente, con más fuerza nos abocaremos a su alcance.
Enlaces Relacionados
- Bibliografía Recomendada
- Lo importante son las preguntas
- Deseo de alcanzar los objetivos
- Rincon del Lector: Metas, de Brian Tracy
- Planificación y Organización - Dos Caras de una Misma Moneda
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