A la hora de asignar prioridades nuestra mente rápidamente recurre a un
viejo y antiquísimo método. El del bombero. Pero ¿es o no útil? ¿Debemos
descartarlo por completo o saber cuándo utilizarlo?
El proceso
mental de asignar prioridades es complejo, y como ya hemos conversado en “Saber priorizares fundamental” éste es individual, subjetivo y siempre cambiante. Lo
que no son cambiantes son los principios que lo rigen, los cuales están
asociados directamente con las consecuencias lógicas de la acción humana.
Ahora bien. ¿Qué
es el tan mentado método del bombero? Significa en principio concentrarme exclusivamente
en lo que se necesita “AHORA” o, como se suele decir, en “Apagar los Incendios”
a medida que van apareciendo. Trasladado a la Matriz de Eisenhower, significa
enfocarse exclusivamente en la dimensión de urgencia casi con exclusividad.
Una urgencia es algo que requiere ser atendido con prontitud o que
requiere una acción inmediata. Es un concepto íntimamente ligado al tiempo y de
uso práctico para la mente humana por cuanto vincula a la toma de decisión con
el escenario “presente”.
Enfocarnos exclusivamente en la urgencia particularmente no me gusta, y tengo buenas
razones para ello. Entre sus desventajas podemos mencionar:
- Visión de “Corto Plazo”
- Propicia el perfil del “bombero” (apaga incendios)
- Expone la priorización al mundo exterior
Cada
vez que una persona menciona la palabra mágica “urgente” se prende una especie
de luz de alarma interior que dispara nuestra adrenalina y nos pone en acción.
De idéntica manera ocurre con aquellas cosas que por experiencia sabemos que
tienen consecuencias graves, con lo cual ante el menor síntoma de repetir las
consecuencias indeseadas nos ponemos con celeridad a detener el principio de incendio.
¿Esto es
bueno o malo? Para el corto plazo es excelente. Para el largo plazo un
verdadero problema.
Para entender
esto un poco mejor es bueno comprender entonces cuáles son las ventajas de priorizar
sólo por nivel de Urgencia. Aunque intuitivamente tenderíamos a decir que no
las tiene, si miramos mejor, nos encontramos con que:
- Trata con problemas Visibles/Concretos
- Motiva rápida y fácilmente a la acción
- Alcanza con entender “sólo” el momento actual
La urgencia es una variable relevante en nuestro proceso de toma
de decisiones, y es por eso que una y otra vez las personas caemos en su uso. Recuerden
que el tiempo juega un rol fundamental en la acción humana. No es lo mismo para
nosotros un beneficio hoy que mañana, pasado mañana o el año entrante. Es tan
importante que incluso en finanzas se lo refleja cuando se asigna un peso menor
en un flujo de fondos a los ingresos o egresos que se postergan.
Lo anteriormente expuesto sólo busca que bajemos a tierra un poco
y no olvidemos que el largo plazo es importante pero que el corto plazo lo es
mucho más. Es concreto, es decisivo y es “el único tiempo en el que actuamos”.
¿Es importante dominar el método del bombero? Sin dudas! Si no me creen, pregúntenle a un bombero. Si no prioriza tomando con seriedad lo que ocurre en el instante en el que está intentando apagar el incendio es muy probable que las llamas provoquen mayores daños humanos y materiales. Las vidas de las que es responsable, incluyendo la suya, dependen de su buen criterio para evaluar la realidad presente.
En los ámbitos laborales y personales esto es igual de importante.
Un buen piloto de tormentas es siempre un activo en cualquier tipo de
organización. Las tormentas siempre surgen. Por mejor que sea nuestra planificación
para el largo plazo si no superamos el presente nunca llegará el futuro. El
capitán de un barco ante un tifón tiene que asegurar de cualquier manera la
flotabilidad del barco, con independencia del cambio de rumbo que la tormenta
le imponga. No llegará nunca a destino hundido en el fondo del mar.
John Maynard Keynes, un reconocido economista británico nacido en Cambridge solía decir
una frase que se hizo muy famosa: en
el largo plazo estaremos todos muertos. Sus críticos en el plano
económico (entre los que me incluyo), le adjudican el haber inundado de un cortoplacismo
excesivo a la ciencia económica. Creo que la crítica es acertada prima facie, aunque
le reconozco que en escenarios de crisis proporciona una saludable cuota de
realismo que es imprescindible para la supervivencia en cualquier orden. El punto
es a mi entender el adquirir la sabiduría de “cuándo debe aplicarse”. Y desde
ya, si siempre operamos en modo bombero significa que vivimos de emergencia en
emergencia y suele ser síntoma de que algo se está haciendo mal.
Como pueden ver el método del bombero es importante no sólo conocerlo
sino también dominarlo, porque es una habilidad importantísima del herramental
para alcanzar nuestros objetivos. Si no podemos controlar una situación crítica
en el presente, el futuro será una simple ilusión. Si con buen criterio
decidimos cuándo es necesario ponerse en modo bombero tendremos un dominio muy
superior de nuestros asuntos.
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